Todo comenzó a finales de una primavera o principios de un verano en el cual nos liberaron físicamente, pero para muchos nada sería lo mismo. Por aquel entonces cambiaron muchas cosas, entre ellas mi visión del mundo y de los sueños que nunca pudieron ser. Volvieron a cambiar los paisajes y con ellos el lugar en el cual me tocó habitar, muchos cambios en muy poco tiempo que hacen que te replantees los caminos que siempre consideraste inamovibles y concretos.
En medio de esos movimientos, a veces involuntarios, surgió el diálogo entre dos personajes que no son más que dos estados de mi propio ser frente a la intención de equilibrar dos extremos de una misma balanza y de entender todas las perdidas de este último año. Esos dos personajes son una maga y un brujo intentando encontrar algunas respuestas frente a esos paisajes, la mayoría de ellos con un denominador común, el mar.
Mi mente siguió respirando, también mi alma y mis pulmones, mientras otros se negaban voluntariamente ese oxígeno, dilucidando entre tanto otras posibles formas de seguir creando o de utilizar mi capacidad para crear desde otra perspectiva.
MAYO DE 2021 Calnegre y la Azohía
Un día el brujo se acercó a la maga y le preguntó:
- ¿Y si no puedes ir a lugares lejanos?
- Pues visitaré y conoceré lugares cercanos. - Respondió la maga.
- ¿Y si tampoco puedes ir a lugares cercanos? - Insistió el brujo
- Entonces iré a los lugares que habitan en mi interior, pues todos los lugares cercanos y lejanos habitan en mi. - Le dijo la maga.
Lo que el brujo no sabía es que la maga era una creadora de mundos.
Fotos de Rosa de Soto