12 de octubre de 2017

Antes de cruzar el umbral, reflexiones en torno a una puerta

Una puerta es algo que puede conducirte a muy diversos lugares. Hay puertas reales e imaginarias, puertas falsas y ciertas, puertas de salida y puertas de entrada. Hubo un tiempo en el cual me sentí fascinada por las puertas y ventanas, todo lo que se relacionaba con entradas y salidas me resultaba atrayente, en un principio te llevaban a lugares físicos o te permitían salir de ellos, luego comenzaron a ser entradas a lugares que se encuentran en mi imaginario particular o colectivo donde la mayoría fantaseamos con poder cruzar ciertos umbrales de nuestro universo interno o externo para muchos aún desconocidos. En definitiva, una puerta es algo muy recurrente para la imaginación, la creatividad y la reflexión.
Pinté una vez una puerta sobre un material poco convencional y un día sufrió un accidente que me permitió volver a transformarla, a veces creo que su transformación está muy relacionada con la mía y que hay accidentes que no lo son en absoluto.


Fue unos 20 años atrás cuando un pedazo de poleispan me inspiro para pintar sobre él una entrada tras la cual cada quien podía imaginar lo que quisiera encontrarse.


Ese pedazo de puerta permaneció dormida, a la espera de que alguien quisiera tenerla y jugar con ella a imaginar los mundos que se podían esconder más allá de su umbral. Hasta que un hecho fortuito se cruzó en su camino hace un par de años, sufrió un accidente y quedó manchada con pintura verde.


Memorias de una puerta, técnica mixta, 74,7 x 51,6 cm

Pero lejos de convertirse en descarte y acabar en la basura, su creadora decidió ver en sus heridas y defectos, una oportunidad para convertirla en una versión mejor, en algo más que una entrada a un lugar físico, sino más bien en una invitación a la reflexión, una puerta que da paso no solo a mundos conocidos sino también a mundos que se deseen crear.

MEMORIAS DE UNA PUERTA

Nada permanece igual siempre, ni en el mismo sitio, menos aún una puerta.
La que un día se abrió para dar paso a la oscuridad también se abrirá para dar paso a la luz.
Toda puerta está hecha de contraluces y contrasombras.
¿Qué crees que habrá al abrir la tuya?

Resiliencia es la capacidad de recuperarse y hacerse más fuerte frente a la adversidad. En japón es tradicional reparar con oro las grietas y roturas como un homenaje a esas imperfecciones, defectos y grietas considerándolas como algo hermoso, eso lo denominan Kintsukuroi. En mi caso una herida de color verde me pareció una clara invitación hacia un renacimiento, una sanación y hacía un paso que en un principio era oscuro y luego tenía que transformarse en luz.