7 de septiembre de 2017

Creando con sentido

Y un día abres los sentidos y descubres que crear ha de tener algo de esos sentidos, incluso desde la perspectiva lógica, más allá de lo meramente estético, que el objetivo consciente o inconsciente de crear es recrearse y reconocerse, que en el fondo lo que haces es poner tu luz y tu oscuridad, tus ángeles y demonios, tus sueños y deseos sobre el lienzo, el papel, etc. Pero el día más importante es cuando los ves y tu manera de mira, oír, oler, masticar. . . . lo que te rodea y lo que haces se transforma en observar y ver, en escuchar, saborear, paladear, expresar y sentir con otra intensidad y sobre todo no tener miedo a que algunos sabores sean amargos, algunos sonidos sean estridentes, algunos colores opacos, o que algunas texturas sean ásperas, es una experiencia casi sinestésica aunque la sinestesia no haya formado parte de tu vida y ni sepas lo que es.
Si vivir es un acto de creación, todos tenemos la opción de ser arte. Venimos a este mundo con la capacidad de crear, creamos emociones, situaciones, sensaciones, el primer acto de creación se gestó en el útero de nuestra madre, en la profundidad de la tierra. Hay verdad, sinceridad, valentía, diversidad y generosidad en lo que se crea, solo miente, limita y es egoísta quien destruye, quien necesita ocultar o disfrazar, y si decides ser creador la verdad es el único camino, a veces áspero, a veces opaco, a veces sordo o estridente, a veces amargo. Y toda sombra y demonio cuando se le pone bajo un foco de luz se transforma en verdad.
En el principio era el arte pero se encontraba demasiado limitado, demasiado objetivado, demasiado manipulado así que decidí volver sobre mis pasos y recuperar la esencia de la creatividad.
Yo creo. . . ¿y tú?