12 de septiembre de 2016

Arte-con-conciencia, Arte-con-sentido, Arte que sana

Hay momentos en la vida en los cuales el proceso creativo como un mero objeto se detiene y solo conduce a un camino sin salida o quizá y mejor dicho a otra bifurcación, crear es recrearse constantemente y cuando ese descubrimiento es mucho más que una obviedad necesitas transitar otros caminos. Tras muchos años inmersa en el objeto desde sus diversas facetas y caras visuales y simbólicas, en proyectos en los cuales también he buscado la interconexión entre los distintos lenguajes artísticos, los últimos años se producen diversos descubrimientos, que me llevan a ir dejando atrás el puritanismo y los formalismos en la expresión, no importa si es empleando la palabra, las imágenes o el sonido. Esa búsqueda a través de la cual se hace más necesario ir más allá de lo externo y lo métrico y encontrarle un sentido al arte o encontrar un arte con sentido, e incluso sin sentido, me hace llegar a un personaje con un pensamiento casi místico, Ángel Bemol, a una forma de usar la voz mediante los armónicos, el canto polifónico y chamánico para lograr descubrir sonidos en mi voz y rincones de mi mente hasta ese momento desconocidos, formulas que hacen saltar los encorsetados limites de la partitura y formalismos corales, y para completar el círculo descubrir un rasgo que siempre fue parte de mi sin saberlo hasta ahora, la alta sensibilidad, y tener la posibilidad de averiguar que significa eso dentro de mi mundo creativo, y para explorar aun más todos esos mundos aun por definir, lanzarme a bucear por los rincones claros y oscuros de mis emociones de la mano de la Arteterapia Humanista Gestalt.
Actualmente me encuentro en un momento en el cual explorar esos territorios se convierten en una necesidad desde un nuevo silencio que demanda una nueva voz que me revela claramente que el arte y la creatividad es mucho más que un objeto, es un sujeto donde habitan seres oscuros y de luz indistintamente, un idioma que te cuenta quien eres realmente. ¿Cuantos nos atrevemos a escuchar lo que nos están contando esas palabras, más sinceras que muchos pensamientos que pasan por nuestra mente y que los materializados por nuestra boca?
La arteterapia a través del humanismo y la gestalt pone frente a ti no solo los espejos que representan el lienzo, los versos, los cuentos, el movimiento, los personajes, las figuras, sonidos, etc. si no que estos no son en absoluto traslucidos, ni esmerilados, te presenta cada una de tus caras con una claridad a veces dolorosa y aterradora. Pero cuando tienes el valor de sacar a tus demonios, fantasmas, a tu niña interior a la pista de baile y danzar con ellos, a ser parte de tus formas y colores, de tus historias y poesía, ya no importa ni el arte, te das cuenta de que lo que realmente eras es el creador y el creado.
Hay tres ramas de la arteterapia, psicoanalítica, conductista y la humanista gestalt, que si tienes el valor de ir hacía esta disciplina, tu eres quien se sitúa en el punto de mira, eres tu guía y maestro, depende de ti buscarte y encontrarte, el terapeuta es solo un acompañante que ofrece herramientas para que seas consciente por ti mismo de tus debilidades y fortalezas.
Le buscaba el sentido y el sin sentido al arte en un momento en el cual limitarme a lo visual no era suficiente y me encontré conmigo como nunca antes lo había hecho y todo encuentro es sanador y liberador a la vez.
Hago mío el poema de Constantino Kavafis "Itaca"y me quedo con lo que me depare el viaje y el viento que empuje ahora mis velas.


ITACA

Cuando te encuentres de camino a Ítaca,
desea que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes, 
al enojado Poseidón no temas, 
tales en tu camino nunca encontrarás, 
si mantienes tu pensamiento elevado, y selecta 
emoción tu espíritu y tu cuerpo tienta. 
A los Lestrigones y a los Cíclopes, 
al fiero Poseidón no encontrarás, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si tu alma no los coloca ante ti. 

Desea que sea largo el camino.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que con qué alegría, con qué gozo
arribes a puertos nunca antes vistos,
deténte en los emporios fenicios,
y adquiere mercancías preciosas,
nácares y corales, ámbar y ébano,
y perfumes sensuales de todo tipo,
cuántos más perfumes sensuales puedas,
ve a ciudades de Egipto, a muchas,
aprende y aprende de los instruidos.

Ten siempre en tu mente a Ítaca.
La llegada allí es tu destino.
Pero no apresures tu viaje en absoluto. 
Mejor que dure muchos años, 
y ya anciano recales en la isla, 
rico con cuanto ganaste en el camino, 
sin esperar que te dé riquezas Ítaca. 

Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene más que darte. 

Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó.
Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia,
comprenderás ya qué significan las Ítacas. 

Constantino Cavafis