19 de junio de 2020

Habanera por el Mar Menor

¿Qué es el Mar Menor? Es una pequeña joya al sur este de España, más concretamente de la comunidad autónoma de Murcia, un ecosistema único en Europa que algunos lo denominan laguna salada. Frente a él pasé los veranos de mi infancia, adolescencia hasta la edad adulta. Lamentablemente la avaricia de unos pocos está poniendo en peligro el equilibrio de este delicado ecosistema. Este pequeño mar, este lugar único y sin embargo tan poco respetado ha sido no solo depositario de hermosos recuerdos personales y familiares también ha alimentado mi inspiración. La mayor parte de los paisajes marinos que he pintado han tenido como tema central el Mar Menor. 
Junio es siempre un mes importante para la región de Murcia, el día 9 es su día, pero el de este año en concreto aún más pues se pudieron retomar de nuevo las acciones en defensa de esta pequeña joya que se está perdiendo. 
Hace ya algún tiempo alguien me pidió un texto y un poema en torno al Mar Menor y lo que significaba para mí, en teoría era para un libro solidario relacionado con este pequeño y amado mar. Al final ese proyecto no se llevó a cabo pero esos textos y el poema los he ido compartiendo igualmente. Oficialmente ya llegó el verano y con él los recuerdos de antaño, las noches mirando al firmamento plagado de estrellas desde la arena, la luna y el sol asomando tras su horizonte y reflejándose en sus tranquilas aguas y las ganas de mar. Y la banda sonora de todo ello es una vieja habanera titulada Caracola Errante que hablaba de una caracola que se enamora del Mar Menor. Una habanera que solía cantar siendo miembro del Orfeón Fernández Caballero, esta fue compuesta exclusivamente para este coro, por desgracia no existen grabaciones, para mi hubiese sido maravilloso compartirla aquí y que la pudieseis escuchar pues es realmente hermosa.  
Y sin más preámbulo os dejo mi cuento en prosa y verso que habla de aquellos mágicos veranos.

Voy a contaros un cuento en prosa y también en verso, y aunque he empezado con un pareado inicio esta historia en prosa. Érase una vez una niña que veraneaba con su familia junto al Mar Menor, jugaba con sus hermanos y primos en el secano, con los caballitos de mar, cogía berberechos con su tío Adolfo y en agosto celebraba su santo en la playa con su abuela, de quien heredó su nombre. Hoy algunas personas de esta historia han muerto pero no el recuerdo de esos días que quedan guardados en ese mar y se pregunta qué pensaría la abuela Rosa, el tito Adolfo, la tita Lola de lo que le están haciendo a estas aguas, antaño cristalinas y más llenas de vida, donde pasaron tan bonitos momentos. Como podéis ver para esta aprendiz de escritora y un poco más artista en otros campos, este Mar Menor es mucho más que un entorno único en el mundo, como dirían los ecologistas, y estoy segura que muchos tienen  recuerdos con primos, tíos y abuelos ligados a él.
Por los berberechos, los caballitos de mar, porque es un lugar único y difícil de encontrar en otro rincón del planeta, porqué también me inspira cuadros, historias y versos en mis paseos junto a él y es muy posible que no haya sido a la única. Pero sobre todo por los recuerdos que muchos compartimos, hay que dejarse de cuentos para que vuelva a ser el Mar Menor que fue, para que pueda seguir inspirando y creando hermosos recuerdos en las próximas  generaciones, esa ha de ser la realidad. Y ahora es cuando viene el cuento en verso.


LA CARACOLA ERRANTE Y EL MAR MENOR

Canta una añeja habanera que una caracola
un buen día de un Mar Menor se enamoró
y se dedicó a jugar con caballitos de mar
con los mismos que en mi infancia jugaba yo.
Tal vez cantó a dúo con algún berberecho
o llegó a ser amiga de un ermitaño cangrejo
y aunque esto parezca una canción o un cuento
imaginativos recuerdos de aquella niña que fui
que trae a mi mente momentos de dicha infantil,
es la adulta quien pasea frente a un mar enfermo
y siente que le robaron a su cuento su final feliz.
. . . . . Érase una vez una caracola errante
que perdió a un berberecho cantor, a un caballito de mar
a un ermitaño cangrejo del que pudo ser hogar,
y al no volver a ver sobre el Mar Menor
otro hermoso amanecer triste se fue.
Pero es cosa de mayores darle a este cuento un final
que le deje a vuestros nietos e hijos mejores principios.

Rosa de Soto

Otra cosa que deseo compartir en esta entrada son unas instantáneas que capté del Mar Menor y que inspiraron algunas de mis obras plásticas, acompaño con un enlace bajo cada una de las fotografías que nos lleva a cada una de las obras que inspiraron esas imágenes. 
Llevaba tiempo queriendo incluir este pequeño homenaje que es a la vez una llamada de atención. Espero que la existencia de este lugar no se quede solo en unas cuantas fotografías o cuadros para el recuerdo. Espero que no sea demasiado tarde para él.


Un amanecer con alma, para una serie de paisajes con alma





Inspiración nocturna a través de un clásico claro de luna 



Meditando, reflexionando y conectando con las musas mientras paseo junto al mar 



Acunarse con el suave rumor de las olas



Pentagrama acuático



Profundidad visual y sensitiva